viernes, 30 de diciembre de 2011

TE DIGO ADIÓS




Sara reflexionó durante mucho tiempo como había sido su vida con Luis, puso lo bueno y lo malo en ambos lados de la balanza, lo que perdía o ganaba si elegía un camino u otro. Trataba de recordar los momentos felices, durante su vida juntos y agarrarse a algún pequeño motivo por el que debería seguir junto a él ,¿dónde quedaron aquellos primeros días, cuando pequeñas mariposas revoloteaban su estómago?. Había encontrado la persona que sabia tratarla, con cariño, dedicación, se divertían mientras planeaban su futuro juntos.Todos aquellos recuerdos se difuminaban y recorrían su mente dejándole un amargo y melancólico sabor , llenando su corazón de desencanto, apatía, insatisfacción y hasta cierto temor.
Le movía el miedo a no ser querida, esa inseguridad le hacia ser abnegada, resignada; que todo estuviera perfecto, que nada fuera motivo de queja. Creía que su proceder seria recompensado ,llegaría el día que él le respondiera con amor y ella seria indispensable en su vida. Pero a cambio, solo recibía desprecios, desagravios, y desconfianzas, cuando él prestaba oídos a aquellas personas que pretendían desequilibrar su matrimonio, se sentía lo ultimo en su lista de preferencias.
Un soplo de aire fresco le llegó cuando decidieron alejarse de aquella ciudad, donde ambos habían crecido, dejando amigos y personas queridas, la necesidad de un futuro mejor les obligo a ello, aunque ella, en este viaje sacrificaba más que él que si tenia familiares y amigos en su nuevo destino, Sara solo tenia a Luis. Pero sería una prueba, donde él, tomaría conciencia de ciertas responsabilidades; solo era otro castillo de naipes en su cabeza.
Trabajaban codo a codo y durante algún tiempo se sentía ilusionada con su nueva vida. Llego el día donde le anuncio la buena nueva, seria padre en unos meses, otro motivo más para agarrar con fuerza las riendas de sus vidas, Pero era ella sola la que tiraba del carro en lo más simple y cotidiano.El que Luis asumiera su papel de cabeza de familia era motivo de disputas y ataques hacia Sara, por lo que todo el peso recaía sobre ella.Tratar de tener algún dialogo, por insignificante que fuera, tenia siempre un final nefasto, todos sus intentos eran en vano, Sara lo vivía como parte de la convivencia, pero poco a poco fue callando y reservándose sus sentimientos, sus ganas de expresarle lo que sentía. Era un mueble en su propia casa, la dócil mascota, que no molesta pero acompaña, como una madre que le cuida y le consiente.
Así pasaron algunos años, Sara se sentía muerta en vida, soportando una situación, que adornaba de apacible por el bien de sus hijos.
 ¿Y mi vida?, ¿A que me conduce este sacrificio?_.
Con trabajos diversos y el cuidado de su familia compensaba tanta desilusión y llegaron los reproches por parte de Luis.
_.Te has alejado de mí, no eres la misma_.
_No es cierto, estoy agotada de ir tras de ti, solo estoy ocupándome un poco de mi misma,
Hizo buenas amigas en su lugar de trabajo, sus hijos no la necesitaban tanto, era independiente en todos los sentidos, también emocionalmente y decidió poner fin a una situación que no le beneficiaba nada , fue una gran sorpresa ver como a Luis no le afecto demasiado su decisión.
Pasaron algunos días y alguien la llamo por teléfono y le propuso una salida en grupo, cine, cena y diversión, Abrió su armario, eligió ropa, maquillaje y se miro al espejo, mientras ponía color a sus mejillas, sus labios y vio unos ojos tristes pero esperanzados, que se habrían más y más viendo su nueva realidad.
Cuando salio a la calle, sintió una la leve brisa cálida que la impregnaba de frente y un gran vacío en su corazón, que estaba dispuesta a llenarlo de vivencias nuevas, jamás se sintió tan libre y con tanto miedo por su futuro, pero era como un libro con muchas páginas en blanco,  desde ese momento, comenzaría a escribir capítulos nuevos.